«La cuadrilla»
Muchas mañanas suelo almorzar (en Valencia almorzar no es la comida del mediodía sino el bocadillo que se come sobre las 10:30 de la mañana) con un grupo de amigos en un bar de la ciudad donde vivo. Ya se pueden imaginar, bocadillo, cerveza, cacahuetes, olivas, café… y conversación. A veces incluso superamos las dos horas (en vacaciones claro). Muchos de estos amigos, a simple vista, no tienen demasiado en común. Los hay de 20, 30 y 40 años, y también hasta hace poco, de 90 años. Jaime, falleció hace 2 semanas de repente. Un día se sintió mal y en «5 minutos nos dejó». Tenía, entre otras cosas «azúcar» y se pinchaba insulina varias veces al día. Andaba poco y lento, y a veces parecía que le faltaba el aire. Precisamente, yo tuve el honor de sentarme en la mesa en frente de él estos últimos días. Tampoco quiero ofender a sus amigos de toda la vida igualándome a ellos en cuanto amistad y conocimiento de su vida y andanzas. Lo que si es que estoy casi seguro es que fue feliz, dentro de lo que todos podemos ser felices, hasta prácticamente el final.
Y conociendo un poco su dieta, creo que el secreto de su felicidad no fue la alimentación o el deporte (a esas alturas). En mi opinión creo que fue precisamente «La cuadrilla». Fue el almuerzo diario, al que casi nunca faltaba, pero no por las estupendas viandas con que Alfredo nos brinda en el mencionado bar si no por las relaciones sociales que en la cuadrilla se fraguan.
En la literatura científica ya se menciona este aspecto desde hace años. En 1988 por ejemplo, House y cols., en su revisión demostraban que el aislamiento, tanto de seres humanos como animales, constituía un factor de riesgo considerable para la salud, casi tanto como el fumar, la hipertensión, los lípidos en sangre, la obesidad o la inactividad física. Diferentes metaanalisis demuestran que las personas con relaciones sociales adecuadas tienen un 50% más de probabilidad de sobrevivir que aquellos que tienen relaciones pobres o insuficientes.

En resumen, todos los datos nos demuestran lo importante que es tener relaciones sociales adecuadas y la conveniencia de favorecerlas por razones de salud, además de por otras razones de tipo social. Sin embargo, nos podemos plantear la siguiente cuestión: ¿qué son relaciones sociales adecuadas?. Las relaciones sociales adecuadas son las que se apoyan en la bondad y compasión. Esta última entendida como capacidad de ponerse en lugar de las personas que sufren y tener un sincero interés en ayudarlas.
Y en la cuadrilla protagonista de esta historia yo, aunque soy recién llegado, he visto bondad y también compasión. Y creo que esto hizo que Jaime viviera activo y feliz tantos años y que el resto de sus amigos tengan un seguro «presente» feliz.
En definitiva, las relaciones sociales, basadas en la bondad, y cultivadas con compasión, son una de las mejores medicinas que puede el ser humano tomar.